El comandante de la Sexta División lo despidió del servicio militar, con honores de combatiente
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Una mina que dejaron guerrilleros del frente 15 de las Farc estuvo a punto de acabar con la vida de Kaiser./eltiempo.com |
Decir que los perros antiexplosivos también
son ‘soldados’ no es una frase de cajón de los militares. Para entender
su significado y lo que representan estos caninos en las operaciones de
la Fuerza Pública, no está de más conocer la historia de Kaiser, un
perro labrador de tres años, de color negro, que es la mascota más
querida de la Sexta División del Ejército.
Kaiser es un perro con gran olfato, experto en
detectar minas antipersonales. Por esta acción es hoy uno de los
militares heridos en combate. Se salvó de milagro, del estallido de un
artefacto que fue ubicado para acabar, a su paso, con la vida de un
uniformado. Sin embargo, Kaiser, en un acto de esos de los que solo son
capaces de hacer los amigos incondicionales, fue quien recibió, como
todo un héroe, el rigor de la onda explosiva. (Vea aquí más imágenes de Káiser)
Todo ocurrió una tarde de febrero de este año.
Los soldados le seguían el rastro a alias Wilmer o Raúl Gómez Urrea,
jefe del frente 15 de las Farc, uno de los guerrilleros –después alias
el Paisa, jefe de la columna móvil Teófilo Forero– más buscado por las
Fuerzas Militares. El objetivo de las operaciones es neutralizar a esta
estructura que por años ha sometido a los campesinos de esta zona de
Caquetá. Unos 40 soldados iban detrás de una escuadra, que estuvo a
punto de atentar contra la vereda El Triunfo, jurisdicción de la
Montañita (Caquetá).
Mientras los soldados, con cautela, seguían el rastro de los guerrilleros, el olfato de Kaiser detectó dos trampas mortales.
De inmediato, los técnicos antiexplosivos se
dedicaron a la tarea de desactivarlos, para luego seguir la marcha. Pero
ocurrió algo que ‘congeló’ la cacería de ‘Wilmer’ y sus hombres.
Mientras los expertos nuetralizaban las cargas, Kaiser se distanció un
poco por una necesidad. A los pocos segundos se escuchó un estruendo y
el labrador voló por los aires, cayó a unos 10 metros. Los soldados
corrieron a socorrerlo, mientras el comandante del pelotón solicitó por
su radioteléfono un helicóptero para trasladar a Kaiser a un centro
asistencial veterinario para prestarle atención médica; sangraba
abundantemente.
No obstante, dos soldados realizaron maniobras de primeros auxilios que cortaron el sangrado del canino.
Desde el Fuerte Militar de Larandia enviaron
un Black Hawk, cuyos tripulantes despegaron con la orden de salvar a
Kaiser, el héroe de muchas jornadas.
Cuando el helicóptero sobrevoló la zona, la
aeronave fue impactada por balas de fusil, hostigaron los guerrilleros
mientras se daban a la fuga. Los subversivos del frente 15 de las Farc
intentaron impedir el aterrizaje. No había tiempo que perder. Cualquier
segundo perdido podía alejar la posibilidad de salvar a la mascota.
En medio de la peligrosa maniobra, Kaiser fue
traslado a Florencia, donde lo esperaban los médicos veterinarios de la
Sexta División, que lo sometieron a cuatro intervenciones quirúrgicas.
Kaiser se salvó, pero la acción de la mina produjo consecuencias
irreversibles. De un estallido se cortó su camino operacional.
Kaiser perdió la pata derecha y el ojo del
mismo costado. No volverá a estar en las operaciones en la selva contra
‘Wilmer’ y sus hombres del frente 15 de las Farc. Hace un mes, tras su
total recuperación, el general Gabriel Hernando Pinilla, comandante de
la Sexta División del Ejército, decidió que Kaiser se mantuviera suelto
en el Cantón Militar, alejado de las operaciones debido a su
discapacidad. Hubo despedida y le rindieron honores militares como todo
un combatiente.
Pero el instinto de la mascota fue más allá de
sus limitaciones. El canino se va detrás de los soldados, se mantiene
en la guardia y acompaña a los uniformados durante los turnos de relevos
de los puestos de centinela.
Kaiser perdió una de sus patas delanteras y
parte de la visión, pero su olfato sigue siendo el mismo, ese que le
permitió al Ejército salvar varias vidas. ¡Todo un perro de valor!
Desactivación de explosivos
Gracias a la labor de caninos entrenados para
descubrir bombas, minas antipersonales y del trabajo de los técnicos
expertos en el tema, la Sexta División del Ejército puede hablar de
excelentes resultados. Según esta unidad militar se han logrado
desactivar 3.515 minas antipersonas y 6.503 kilos de explosivos en lo
que va de 2014, operaciones que se realizaron en Caquetá, Putumayo y
Amazonas.
Según el Ejército, esto permitió evitar 153
atentados contra la infraestructura vial, energética y petrolera de
estos departamentos.