Un investigador de la Universidad de los Andes recopiló pruebas genéticas que demuestran el hecho
Santiago Castroviejo, profesor de biología en Universidad de los Andes, descubrió que a diferencia de que se creía que los perros precolombinos estaban totalmente extintos, todavía sobreviven sus características genéticas en los perros "criollos" o callejeros, el familiar gosque.
La investigación de Castroviejo duró tres años y lo llevó a emprender una travesía por varios continentes en busca del ADN de 500 perros en países como Bolivia, Perú, México, España, India, Tanzania y Colombia. El plan era hacer un mapeo genético para descubrir el origen de los perros que llaman "criollos", perros que no tienen ninguna raza específica. Encontraron que existían algunos canes con características genéticas totalmente distintas que no provenían de ancestros europeos.
Lamentablemente los descendientes del perro precolombino han desaparecido casi por completo. De una muestra de 500 especímenes, sólo dos de origen mexicano fueron identificados con el ADN del perro americano. "Fue algo totalmente inesperado. Pensábamos encontrar un cuarto o un tercio de perros precolombinos entre las muestras pero con estos resultados se ve que desaparecieron casi por completo", explica Castroviejo.
Todo inició en el año de 1997 cuando los científicos Jennifer Leonard y Carles Vilá, profesores de Castroviejo en Suecia, descubrieron restos fósiles en Alaska de perros que eran genéticamente distintos a los de origen Indoeuropeo. Estos canes americanos llegaron con grupos de humanos que cruzaron el estrecho de Bering hace 15 mil a 25mil años. El ahora profesor de la Universidad de los Andes, de nacionalidad española, estaba haciendo su tesis en Suecia sobre la evolución de las ranas latinoamericanas pero por influencia de su profesor Charles Vilá, decidió concentrarse en la investigación sobre los perros del continente.
Castroviejo y los demás investigadores involucrados tienen tres hipótesis del por qué de la extinción de estos canes. En primer lugar, es posible que los nativos hayan empezado a preferir los perros de caza europeos que además les daban más estatus. Además, muchos de estos animales americanos eran sagrados para indígenas como los Aztecas o Mayas y fueron eliminados por causa de la cristianización. Por último, se cree que los caninos también sufrieron de enfermedades que sus sistemas inmunológicos no conocían y por lo tanto, al igual que muchos nativos humanos, desaparecieron.
Otro de los descubrimientos que arrojó la investigación tiene que ver con los perros que actualmente existen y se suponía eran originarios del continente, como el perro Xoloitzcuintle mexicano y el perro peruano. Al parecer, estas dos razas no son americanas sino, por el contrario, originarias de cruces que se dieron después de la conquista entre perros de origen indoeuropeo.
El perro como ahora lo conocemos es una subespecie del lobo que hace más de 30.000 años empezó a ser domesticado por el hombre. Las evidencias más antiguas que tienen de canes son de 31.700 años atrás. Para lograr conseguir las 338 razas que ahora existen, el hombre tuvo que hacer muchos cruces entre diferentes perros buscando exaltar características específicas de cada uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario