Perros callejeros, los otros manifestantes de Chile

Los perros callejeros de Chile se unen a cualquier protesta, sin temer las consecuencias de los enfrentamientos


Perros callejeros, también protestan en Chile./semana.com

No temen el gas lacrimógeno ni el chorro de los carros lanza aguas de la policía, con el que incluso les gusta jugar: son los perros callejeros de Santiago, los otros manifestantes de Chile, que se unen sin condiciones a cualquier protesta que transcurra por el centro de la capital.
Decenas de canes marcharon este jueves junto a los trabajadores convocados por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), el mayor sindicato del país, apoyando sus consignas con ladridos y recibiendo cariños de muchos de los manifestantes, quienes los ven como uno más del movimiento.

Al culminar la protesta, cuando los grupos de encapuchados empezaron a lanzar piedras contra la policía, los perros comenzaron a mover la cola felices: corrían tras las rocas, las recogían con la boca y las devolvían a los violentos para que las volvieran a tirar.

Los perros manifestantes cobraron un inesperado protagonismo cuando en 2011 comenzaron las masivas marchas de los estudiantes chilenos en reclamo de un cambio del modelo educativo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que a menudo finalizan con disturbios sofocados mediante gas lacrimógeno y carros lanza aguas.

Su aparición constante en las fotografías de los enfrentamientos entre policía y manifestantes que dieron la vuelta al mundo, llevaron a un periódico local a preguntarse en un titular: "¿De quién es el perro que no se pierde una marcha?"

El más famoso de ellos fue bautizado como "el Negro", un quiltro -como son llamados en Chile los perros de raza mezclada- de color carbón y con un pañuelo en el cuello, que cuenta incluso con una página en Facebook con más de 6.000 seguidores y una cuenta propia en Twitter, seguida por unos 2.000 usuarios.

"Revolucionario innato, padre chileno de 32 hijos (reconocidos) y marido de seis señoras, amigo del pueblo y la peor pesadilla de la policía", reza su irónica presentación en la red social.

"Los perros ya son un clásico en las marchas, incluso defienden a los estudiantes de los policías en sus manifestaciones", dijo a la AFP Marisol Vargas, una joven trabajadora que asistió a la marcha convocada este jueves por la principal central sindical del país en reclamo de mejoras laborales.

Y no es que los perros sientan menos los efectos del gas lacrimógeno. Según el vicepresidente del Colegio Médico Veterinario de Chile, Fernando Álvarez, a los perros "les afecta como a los humanos".

"Lo más probable es que (los perros manifestantes) tengan irritación ocular y del aparato respiratorio, y si se trata de perros con patologías crónicas, puede incluso desencadenar su muerte", aseguró el veterinario a la AFP.

La atracción de los perros por el chorro del carro lanza aguas es según Álvarez, "parte de la cuestión lúdica" perruna. Los perros son capaces de saltar acrobáticamente entorno al potente chorro, haga frío o calor.

Una postal habitual de Santiago

La mayoría están sucios, llenos de heridas, muchos cojos y de ninguna raza cotizada. Su día a día transcurre por las calles, duermen en rincones, y se juntan en jaurías para conseguir comida y perseguir vehículos. A veces, incluso se suben a los buses de transporte público para resguardarse del frío.

Los perros callejeros son un postal habitual del centro de Santiago que no llama la atención de los lugareños, acostumbrados a esperar el semáforo junto a ellos, pero que sorprende a la mayoría de turistas extranjeros que visitan la capital, asombrados por su cantidad, y sobre todo, por su integración al paisaje urbano.

Unos 500.000 perros vagabundos deambulan Santiago, y la mayoría (398.611) tiene o tuvieron dueños, pero éstos no se hacen responsables de ellos, de acuerdo a un catastro oficial elaborado por la Intendencia (gobernación) de Santiago en el marco de un plan estatal que busca controlar la sobrepoblación canina.

Los especialistas aseguran que su proliferación se debe a la falta de una perrera municipal, sumada a una política de no exterminio de canes callejeros y una tardía campaña de esterilización.

Según Álvarez, 20% del total de perros en Chile son vagabundos."No tenemos una política de tenencia responsable. Estamos aún en las cavernas en este tema", aseguró.

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