Familiares de joven asesinado resaltaron el gesto del amo de la mascota. Crearán una Fundación
Lina María Montoya, madre de Miguel Ángel Palacio./Diana Sánchez./eltiempo.com |
Los cientos de mensajes de
apoyo que le han llegado desde todos los rincones del mundo la hacen
sentir mejor. No deja de llorar por él. Mientras mira con nostalgia el
altar en homenaje a su Ángel, una lágrima cae de sus ojos. Suspira. Hoy,
el legado de su hijo la ha llenado de vida.
Lina María Montoya recibió, este domingo, una llamada que le subió el ánimo. Albeiro Cortez, el dueño del perro por el que Miguel
Ángel Palacio, su hijo, murió, supuestamente, al intentar defenderlo de
la agresión de un ciudadano encargado de su cuidado, le anunció que le entregará la mascota.
Ese mismo día, durante un plantón en la Plaza de las Luces para rechazar el maltrato a los animales, lo vio por primera vez.
‘Jerry’, como llaman a la mascota de
raza pincher, lucía tranquilo. Lo abrazó con fuerza y juró cuidarlo y
brindarle todo el amor que su hijo le hubiera entregado.
“En el perrito estará mi niño”, dice Lina, con
una sonrisa, en tanto hace una pausa para aclarar que lo irá llevando a
su casa paulatinamente para no generar traumas por el cambio al animal.
La decisión de desprenderse de su mascota no
le fue fácil a Albeiro. Confiesa que lo pensó unos días pero le pudo más
el dolor de la familia de Miguel.
“Yo quiero mucho a ’Jerry’. Es una
mascota tierna, que se ganó nuestro cariño, pero entiendo el caso y se
que con ellos estará bien y así recordarán al muchacho”, añade.
Para el defensor de animales, Juan Jiménez
Lara, el gesto del dueño de ‘Jerry’, quien dice ser compañero de trabajo
del agresor, es importante para que la familia de Miguel sienta que su
lucha no fue en vano.
“Lo salvó de un futuro incierto y estando con
ella ya estará lejos de un posible maltrato. Ahora continuará la misión,
que empezó su hijo el día que murió, de cuidar el animal”, acota, al
reconocer el gesto.
Nace el Arca de Miguel
En momentos de duelo, quienes saben del tema dicen que cuando una luz se apaga otra se prende para iluminar un nuevo camino.
Esa premisa es el motor de Lina. Cada ocho
días se reúne con un grupo amplio de defensores y ambientalistas para
ultimar detalles del proyecto que siempre soñó su hijo: una fundación
que rescate animales en condición de vulnerabilidad.
Se llamará el Arca de Miguel Ángel y cuenta con apoyo de 25 organizaciones locales y otras internacionales.
“Quiero que esta Fundación sea la madre de
otras que luchan por defender a los animales, que es por lo que murió
Miguel”, agrega.
Aún no tienen un terreno, pero ya –agrega–tiene algunas opciones.
Por ahora diseña el modelo de la organización y
gestiona los recursos que harán viable el proyecto de su hijo y que
ella encarnará.
Tampoco deja de un lado el proceso jurídico para esclarecer el asesinato, a puñaladas, de Miguel.
Persiste en su clamor de justicia e insiste en
llevar el caso a la justicia norteamericana, valiendo la nacionalidad
estadounidense de su hijo.
“La vida es la esencia misma que anima todo mi
ser. La vida es vida en todos y en todo”, sentencia Lina, al leer las
palabras que algún día le dijo Miguel, su Ángel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario