Fernando Vallejo, el mejor amigo del perro

El autor recibe hoy 150 mil dólares del Premio FIL, los cuales dará a dos refugios pro animales. Esta es la historia de su decisión
Fernando Vallejo en su residencia en México. Vallejo, quien recibe el premio Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) en Lenguas Romances, confesó que escribe por necesidad, para "molestar a los hipócritas, a los de la Iglesia (católica) y a los de la política", a quienes considera una "partida de bribones". foto:Efe.fuentes:lainformacion.com, eluniversal.com.mx

Si la literatura de Fernando Vallejo está plagada de pasajes protagonizados por Bruja, una gran danés negra, bellísima, que murió en sus brazos a la edad de 14 años, su vida cotidiana está regida por una conciencia humanitaria a favor de los animales.

Es tan consecuente en este principio, que no sólo convive y protege a los perros, sino que los procura; todo premio monetario que recibe, así como parte de las regalías que le entregan las editoriales por la venta de sus libros, pasa a manos de asociaciones protectoras de animales. Lo hizo en Caracas, Venezuela, en 2003, cuando donó los 100 mil dólares del Premio Rómulo Gallegos a la asociación Mil Patitas.

Ahora lo volvió a hacer. El escritor colombiano-mexicano que radica en México desde hace 40 años dividirá los 150 mil dólares del Premio Fil de Literatura en Lenguas Romances, que hoy recibe en el marco de la inauguración de la 25 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, entre dos asociaciones protectoras de los animales mexicanas.

"Conozco desde hace tiempo esas asociaciones, colaboro con ellas, las he seguido y está muy bien que se lo entregue a ellas. Son de la gente más generosa, de lo mejor que tiene México", argumentó el escritor luego de conocer la noticia del galardón.

Amigos de los Animales, de Xalapa, a cargo de Martha Alarcón; y Animales Desamparados, del DF, a cargo de Patricia Rico, son las dos agrupaciones a las que el narrador nacido en Medellín en 1942 decidió hacer la donación.

Vieja historia de amor

El amor de Fernando Vallejo por los animales es conocido por todos y a veces se antoja provocador. En 2007, cuando llegó a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM para presentar su polémico ensayo La puta de Babilonia, el narrador iba con 20 perros, todos abandonados por sus dueños, que habían encontrado cobijo en la asociación Animales Desamparados.

Vallejo está convencido de que los animales son seres vivos que sienten dolor, tristeza y alegría, igual que los seres humanos, y por lo tanto merecen respeto y consideración.

Con esa conciencia ha amado a varios perros, lo mismo de raza pura que sin pedigrí. La poeta colombiana Ana María Jaramillo, amiga y vecina de Vallejo en la colonia Condesa, recuerda que Fernando amó mucho a Bruja, una gran danés negra que, dice, fue muy definitiva en su vida y el perro que más quiso. "Después ha tenido otros perros, pero es duro, pasan los años, los perros se enferman y hay que sacrificarlos, eso lo deprime mucho y lo pone triste".

Es tan definitiva en la ficción de Fernando Vallejo, que Martha Alarcón, de Amigos de los animales, asegura que en La rambla paralela Vallejo "vuelve a evocar a esa Colombia que ya no existe, y que para él simboliza la desaparición de la finca de su infancia, Santa Anita, y de su abuela Raquel, junto a su perra La Bruja (que la evoca en latín "el amor más puro y verdadero") y que murió en su departamento de México".

Quien llegó a conocer a Bruja se sorprendía de la relación que tenía con el escritor y de la inteligencia de la perra. Ana María Jaramillo, poeta y directora de Ediciones Sin Nombre, recuerda que Bruja era impresionante.

"Ese perro se sentaba en la sala, tenía su esquina, nadie se podía sentar en ese sofá, donde estaba su cobija, casi que le conversaba a uno. Era una perra muy impresionante. Él siempre paseaba con ella", recuerda.

Una pasión canina

Su relación con los seres de cuatro patas es añeja y profunda, encuentra con ellos compañía y en reciprocidad los procura. No sólo es pilar de la Sociedad Protectora de Animales de Medellín, que creó y dirige en esa ciudad su hermano Aníbal Vallejo Rendón, sino que también ha colaborado en campañas de esterilización de Amigos de los Animales y Animales Desamparados en zonas marginas con alta población canina.

Patricia Rico, presidenta de Animales Desamparados, recuerda la mañana de septiembre en que le llamó Vallejo para decirle del premio que le daban y que él había decidido que ellos fueran una de las agrupaciones beneficiadas. "Llamó a las nueve de la mañana para darme la gran noticia que somos una de las dos asociaciones que ha escogido para donar su premio porque apoya las esterilizaciones gratuitas que ANDES realiza, me preguntó si el albergue con los 50 perros discapacitados que tenemos seguía brindando la misma ayuda y que si estos seguían con la misma calidad de vida digna que él conoció".

Es sabido que a Vallejo no le gustan los albergues, pero éste le encantó, dice Patricia, por ser una casita de amor más que un albergue. "Nos enfocamos a ayudar a perros discapacitados y viejitos que fueron vilmente lastimados y abandonados a su suerte en la calle".

También el albergue que dirige Martha Alarcón en Xalapa, Veracruz, le gustó al narrador, pues cuenta además con un hospital que da consulta gratuita a animales domésticos de gente pobre.

Alarcón asegura que el donativo del escritor servirá para seguir impulsando sus programas de Rescate, Albergue, Esterilización, Adopción, Concientización y la rehabilitación y reconstrucción de las instalaciones.

"Amigos de los Animales es una Asociación Civil sin subsidios y trabaja gracias a las aportaciones de socios y donativos de simpatizantes, lo que nos tiene siempre trabajando en números rojos; así que este importante donativo nos ayudara a sanear un poquito las finanzas del grupo", señala.

Hombre consecuente

El narrador superó la muerte de Bruja con nuevos seres. Decidió no volver a tener perros con pedigrí, sino albergar a perros que no tienen más techo que la calle, seres sin raza ni ser querido.

De tarde en tarde se le ve por la Condesa caminando con un par de perros. Jaramillo dice: "Sale a veces con su perrita y nos encontramos, luego conversamos, la vida de él está muy enfocada a consentir a los animales, los recoge de la calle, ya no tiene perros de raza".

Ver a Vallejo por la calle no es fácil, es una persona muy discreta. "Nunca ha cambiado de vida ni con la fama, es muy amable, muy buen amigo, lo quiero muchísimo, lo conozco desde que llegué a México. Es muy buen anfitrión, invita a su casa cuando llegan los escritores colombianos, siempre los apoya".

Si Vallejo tiene una gran fuerza narrativa es porque es un hombre muy estudioso e interesado en la ciencia y en la lengua; es un escritor meticuloso, pues para escribir un libro investiga y agota todo el tema. Ese amante de los perros y del lenguaje que trabaja en la biografía del filólogo colombiano Rufino José Cuervo, es el mismo que hoy recibirá un homenaje y dictará una conferencia.

Vallejo, durante el anunció del Premio, dijo que "México se está colombianizando o ya se colombianizó y que Colombia ya se mexicanizó", y agregó que teme dejar huérfana a la perrita que lo acompaña y que recogió en la calle.