Si bien toda persona que haya formado un vínculo con su perro ha sentido más de alguna vez que este la comprende, hoy se puede afirmar científicamente que los perros sienten el dolor de las personas y que también buscan aliviarlo
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Los perros comparten nuestros dolores humanos./cerrageroszaragoza.es |
Así lo develó un estudio realizado en la Universidad de Goldsmiths,
en Londres, en manos de psicólogos que luego de una serie de
experimentos comprobaron que los perros sienten el dolor o tristeza
humana.
En el experimento, 18 perros fueron expuestos a diferentes personas,
entre los que se encontraban los mismos dueños y otros extraños, quienes
debieron realizar varias expresiones como hablar, susurrar o tararear,
pero no fue hasta que alguno fingió llorar cuando los perros adoptaron
una actitud sumisa buscando de de inmediato el contacto físico como una
forma de aliviar.
Según lo informado por los expertos, todos los perros fueron capaces
de distinguir cuando las personas se mostraron tristes, manifestando una
actitud alerta que no se daba en las otras expresiones. Además, la
constante fue la forma sumisa que adoptaron frente a esa situación, aún
sin que fuera su dueño, lo que le da un carácter empático a la
respuesta.
La idea de generar distintos ruidos o expresiones fue para descartar
que, por ejemplo, la preocupación que mostraron al llanto de las
personas no fuera mera curiosidad. Cuando los voluntarios realizaron el
tarareo no pasó desapercibido para ellos, pero sin embargo, la actitud
fue otra. Fue un sonido nuevo que llamó su atención, pero no los
“conmovió”.
Por otro lado, expertos en el tema también explican que muchos pueden
dudar de la capacidad intelectual o emocional de los canes, debido a
que estos reaccionaron frente a situaciones fingidas. Sin embargo, es
muy importante aclarar que no es un “problema” de los perros el no
diferenciar cuando un sentimiento es real o no. Nuestro mismo cerebro no
distingue si un sentimiento está siendo fingido o no, por lo que eso no
altera los resultados del experimento.
También se han llevado a cabo otros estudios donde nuevamente se
comprueba la capacidad empática que tienen los perros con las personas.
Uno de ellos explica que los canes son capaces de contagiarse con el
bostezo humano. A diferencia del anterior estudio, donde no se producía
diferencia cuando era su dueño o un extraño, esta vez la probabilidad de
que el perro bostece aumentó cinco veces si es que era su dueño el que
lo estaba haciendo.
Si bien la capacidad empática de los perros hacia los humanos no es
la misma que de los humanos a los perros, las personas que logran un
vínculo con mascotas, pueden llegar a una fidelidad tal que logran
sentir como propio el dolor que puedan sentir ellos. Así también, muchos
consiguen ser un miembro más de la familia, por lo que su pérdida llega a sentirse casi igual que si muriera un familiar. Finalmente, estos estudios sólo vienen a confirmar lo que cada una de las personas sabe y siente por sus amigos fieles.
bendita creacion de DIOS que nos acompaña por los caminos de la vida
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