
Y hay exactamente tantos perros como gatos en el pueblo. Los perros se restriegan la barriga contra la hierba y dejan sus meados calientes por los caminos. Son pequeños y tienen el pelaje raído.
Mecen al caminar sus cabecitas puntiagudas, en los que giran unos ojos de pájaro acuosos e inexpresivos. Siempre hay miedo en esos ojos perrunos, en esos craneos perrunos. Los perros reciben puntapíes tanto de los hombres como de las mujeres. Pero de las mujeres no son tan duros debido a los zapatos que llevan."
En tierras bajas, Herta Müller, Ediciones Siruela,1990, traducción Juan José del Solar. Madrid, España. Premio Nobel de Literatura, 2009.
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